Retrospectiva Rodrigo Moya
Cuentafotos en Rodrigo Moya
Un cuento homónimo para la fotografía "Jerónimo" de Rodrigo Moya
Jerónimo
"Su serenidad me intimidó.
El permanecía impertérrito,
con una leve sonrisa irónica o amable,
pero que más de cerca me pareció
inmensamente triste,
como de quien sabe que todo es irremediable"
Rodrigo Moya
Carta dirigida a Jerónimo, oriundo de Tetecingo, Morelos.
Tienes la cara gris como llena de cal o de piedra de tiempo, Jerónimo. Tienes el sa- bor a paciencia y el olor a gente debajo de tu chamarra. Tienes en la cara la sabiduría de reconocer cuándo va a llover o granizar y ya no tienes ganas de hablar con nadie porque se te secaron las palabras de tanta sed y te quedaste con el reflujo de puro pensar y de no caer en la tentación. Ya no te persi- gue el ansia, estás un poco azul de tanto ir a pie y de tanto trajín. Has caminado un continente y ya sabes cuándo está el cuerpo a punto de fallarte y, entonces, paras y se te resbala el sentir de tanta reflexión y haciendo una pausa te pones a leer tu propia huella porque de allí sabes lo cansado que estás y también lo que puedes aguantar; apenas se te nota la verdad de saber leer el suelo, Jerónimo. Tú que sabes leer tus huellas y sabes qué sigue en la vereda y que también sabes calcular tus pasos, me re- cuerdas cuando jugábamos al “stop” y eras de los que sabían a cuántos exactos pa- sos estaba el contrincante. Eres el sabio de los pasos, Jerónimo, el que mira detrás de los ojos y el que sabe cuánto más calor y lluvia y granizo está por caer y no te arrastra el río ni el ansia ni la prisa. Me dijeron que sabías cuándo se había caído una rama seca y la gente te buscaba porque porque podías reconocer si iba a hacer buen tiem- po sólo con observar rama seca de cualquier árbol y la gente iba a visitarte cerca de tu puesto, te veían desde lejos y corrían a buscarte para saber si podrían hacer el bautizo el otro fin de semana porque tú, solo con leer la rama seca del árbol de cualquier es- quina, puedes saber —exactamente— si caerá la lluvia o estará seco como un mezqui- te y habrá calorón y polvo y tierra.